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Yana-Wara

 

 

Yana-Wara (2023), como ya se sabe, es el último proyecto del puneño Óscar Catacora, co-dirigido junto su tío Tito. Se esperaban grandes cosas del joven Catacora luego de su prometedor debut, Wiñaypacha (2017), un crudo y difícil retrato de una cruenta vejez en el Ande peruano. Esta nueva película confirma que lo de ese primer filme no fue flor de un día; Catacora era un talento en ciernes, lo cual hace que su impensado fallecimiento en pleno rodaje duela aún más.

Yana-Wara (Luz Diana Mamani) es una niña huérfana y muda de apenas 13 años, obligada a vivir en la remota puna junto a su abuelo Don Evaristo. Tras asistir a una escuela rural, la joven es vejada por su maestro, lo cual lleva a su anciano cuidador a tomar una drástica decisión y a la justicia del pueblo a tomar cartas en el asunto.

En su momento, de Wiñaypacha se dijeron varias cosas; y si bien la mayoría estaba de acuerdo en que se trataba de uno de los mejores estrenos peruanos de la última década, completamente ajeno a consideraciones comerciales y más cercano al cine de autor, también se le acusó de tener una mirada miserabilista, o de pornomiseria, como se suele referir a películas hechas para el circuito festivalero que realzan la miseria de Latinoamérica para públicos extranjeros. La película de Catacora al final logró escapar de estos rótulos debido a su profunda humanidad; era un filme que golpeaba fuerte, que dejaba huella, pero que al menos lograba que el espectador reflexione acerca de ciertos aspectos de la vida cotidiana – al menos, en lo que se refiere a las relaciones paternales; más de uno seguramente quiso dar un abrazo a sus padres o abuelos inmediatamente después.

Este sentir tan compasivo y humano se extiende ahora a la historia de la pequeña Yana-Wara, sometida a vejamenes que no comprende y donde todos inevitablemente deciden por ella. En lo que se refiere a retratos audiovisuales del mundo andino, uno se puede acostumbrar a una imagen exótica y romántica de su estilo de vida, ritos y costumbres, realzando una faceta mística, de conexión con la naturaleza y el espíritu andino que bebe del cine y hasta de documentales televisivos o campañas de PromPerú; un retrato que a veces puede caer en lo condescendiente y paternalista. Para un público urbano y occidentalizado resulta fácil caer en este patrón e ignorar lo real, al considerarse algo lejano.

Los Catacora van en contra de esta visión y tal como en su anterior trabajo, Yana-Wara es una cruda y fuerte dosis de realidad sobre el Ande. La niña es sometida prácticamente a una tortura interminable, obedeciendo a prácticas y costumbres que pueden considerarse arcaicas y que rayan buena parte del tiempo en el abuso físico y psicológico; esto sumado a una sociedad se sabe es machista y que ya tiene visto robarle su propia voz a la niña incluso antes de que esta la pierda. Está además el sistema de justicia que ve el caso de Don Evaristo, uno donde parece primar el concepto del ojo por ojo sin mayor sutileza; en un país con un sistema judicial tan alicaido como el nuestro, esto no resulta un bálsamo.

Todo esto contrastado con la paz y serenidad de unos remotos aunque majestuosos paisajes andinos plasmados en blanco y negro; el contraste entre bucólicas vistas de la naturaleza y los sucesos a veces inhumanos que vemos en pantalla resulta chocante. Los Catacora no buscan aleccionar ni dar sermones; parecen solo estar mostrándonos sin tapujos una realidad de cierta región del país que muchos o pasan por alto o ven edulcorada, una que no ha cambiado nada en varios años; de ahí a que esta historia resulte atemporal y puede ser tanto contempóranea como ambientada hace 20, 30 años sin que se note la diferencia.

Por lo demás, Yana-Wara es una progresión natural en el cine de los realizadores puneños. Donde Wiñaypacha era contemplativa y de un estilo casi documental, esta recurre más a recursos cinematográficos, desde la narración a destiempo – buena parte del film es un flashback  mientras Don Evaristo cuenta su historia a las autoridades – hasta marcados trucos de edición y momentos casi subliminales – una escena clave bien podría verse como una película de terror, con todo lo que eso conlleva. Lástima entonces que la carrera de Óscar haya quedado trunca justo cuando se estaba desarrollando. Ahora le queda a Tito tomar la posta, pero al menos nos queda como legado de este joven director dos filmes que están entre lo mejor del cine nacional reciente.

 

El Niño del Lago

El siguiente es un breve cuento que escribí luego de que se me vino cierta idea a la cabeza: contar una película pero desde el punto de vista de otro personaje. En este caso, Viernes 13 desde el punto de vista de la mamá de Jason Voorhees, la asesina original. Quedó pendiente reescribir El Exorcista contada por el demonio Pazuzu.

Originalmente escrito en inglés, lo traduje para un concurso de cuentos de un festival de cine argentino donde lamentablemente, no tuve éxito. Pero lo dejo aquí para que quede preservado en algún lugar.

 

 

Les dio asco ni bien lo vieron. A mi no me engañaban con sus sonrisas falsas, se les notaban las miradas incómodas; uno de ellos prefirió salir a fumar a seguir estando ahí. Miraban para todos lados: al techo, al piso, a cualquier lugar menos al pequeño que se aferraba aterrorizado a mi vestido, escondiendo un rostro donde empezaban a brotar lágrimas.

Roger quiso tranquilizarme. “Lo pasará muy bien aquí, Pamela. No te preocupes.”

Ahí estaba yo, en esa cabaña de madera, con mi nuevo jefe y sus empleados sentados en un mesón frente a un tallado del bosque. Se sentía como un juicio. Me juzgaban a mi y a mi pequeño.

“¿Estás seguro?” Le pregunté. “Sólo quiero que se sienta cómodo.”

Todos los guías eran jóvenes, apenas de 16 o 17 años. Todos guapos y guapas, en forma, con sonrisas que cegaban. Esos chicos y chicas no me inspiraban confianza, con la manera como se miraban entre sí; definitivamente no estaban ahí porque les gustaba trabajar con niños. Les importaban un bledo los niños; yo sabía para que estaban ahí.

Mi pequeño lloraba, escondiendo su rostro detrás de mi vestido, como siempre. Escondía el bulto encima de su ojo derecho, el párpado caído, una enfermedad que también le había hecho perder el cabello. Él sabía que todos en esa mesa querían burlarse de él y reírse.

Todos menos la rubia, Claudette. Se acercó y le extendió una mano, arrodillándose.

“Hola, cariño.” Dijo con dulzura. “¿Como te llamas? ¿Quieres que te enseñe el lugar y te presente a los demás chicos?”

El llanto era apenas perceptible. Las lágrimas ya me habían empapado el vestido.

“Jason.” Respondí. “Se llama Jason.”

“¿Que dices, Jason? ¿Vamos?” Claudette le extendió la mano, sonriendo. Mi hijo la tomó timidamente y se dejó llevar; no dejó de mirar el suelo.

“Estoy seguro que le encantará.” Roger me dio una palmada en la espalda mientras los demás guías salían de la cabaña.

“Le es dificil hacer amigos.” Suspiré.

“Los chicos aquí son de lo mejor. Lo tratarán bien.” Roger me acompañó afuera, cubriéndose los ojos del sol. Grupos de niños y niñas, con las mismas camisetas y pantalones cortos, corrían para todos lados, algunos cargando canoas y remos. Era un bonito día soleado.

Roger me abrió la puerta del comedor. “No te preocupes por nada, Pamela. Y ahora hay que empezar con la comida, pronto vendrán más de 50 mocosos hambrientos a tocarte la puerta.”

Mi sonrisa no fue del todo convincente, pero había trabajo que hacer; necesitaba ese trabajo y Roger incluso había dejado que mi hijo se una al campamento totalmente gratis. Me despedí de mi jefe, entré a la cocina, me puse el delantal, encendí los hornos y me puse manos a la obra.

Pronto, un torrente de niños tomaron el comedor por asalto. Entraron gritando, riendo, jugando a los vaqueros e indios. Se sentaron a las mesas mientras los guías los vigilaban desde la puerta. Roger fue el último en entrar y pidió a todos su atención.

Fue un buen discurso: bienvenidos al campamento, niños y niñas, todo esto es para ustedes, lo van a pasar muy bien con todas las actividades que tenemos para ustedes, esta es una etapa muy importante en su juventud y bla, bla, bla. Al menos, se le veia emocionado y comprometido, no así los guías, que sólo se miraban entre ellos, coqueteando, los chicos guiñándole los ojos a las chicas mientras estas se sonrojaban con risas nerviosas.

Una vez Roger presentó a los consejeros, los niños cogieron sus platos de plástico e hicieron cola delante de mí; ya tenía el chili con carne listo para ellos. Todos gritaban y saltaban de alegría mientras les servía una generosa porción. Reconocí entre ellos al pequeño Steve Christie, el hijo de Roger, que no veía nada sin sus gruesos lentes de marco blanco.

Jason no estaba entre los niños. Preocupada, detuve a Claudette mientras le servía la comida.

“¿Donde está Jason? ¿Está bien?”

«Sí, está bien, Pam, le presenté a los otros niños. Dijo que no tenía hambre, no quiso entrar.”

“Seguramente lo maltrataron.”

Me quiso tranquilizar. “Para nada, estaba todo bien; pronto vendrá, y es que este chili con carne es muy tentador.” Sonrió y fue a buscar su asiento.

Encontré a Jason afuera, sentado en un tronco detrás del comedor. Tenía la cabeza entre las manos y lo escuchaba gimotear en voz baja; mi pobre niño. No dejaba de tocarse el bulto encima de su ojo, su calvicie prematura.

Me senté a su lado y le puse una mano en el hombro. Me recibió el humeante plato y empezó a comer.

“¿Te gusta?”

Trató de sonreír, con la boca llena.

¿Que tal tu primer día, Jason? Te divertiste?”

Dejó de comer por unos segundos.

“¿Te gusta estar aquí?”

Se encogió de hombros. No tenía por que decirlo; ya sabía que todos se habían asustado con él. Lo señalaron con el dedo y lo insultaron. Como siempre. Ya había sucedido antes. Lo abracé mientras comía y escuchaba el llanto entre cada bocado.

* * *

Necesitaba un descanso; lavé los platos y salí del comedor a fumar un cigarrillo. El bosque estaba calmado y sereno, invadido por cabañas de madera y tótems decorativos. El lugar parecía desierto; la mayoría de los niños se habían ido a jugar, otros seguramente dormían la siesta en sus camarotes.

El pequeño Steve Christie pasó corriendo, perdió el equilibrio y cayó de rostro al suelo. Lo vi sentado, llorando, con un corte ensangrentado en la rodilla.

Busqué a los guías. Cerca a Steve, en la puerta de una cabaña, un joven rubio con un suéter amarillo estaba ocupado abrazando de cerca a una chica bajita, de pelo oscuro. Se besaban apasionadamente, riendo y sonriendo, ajenos a todo lo demás.

“¡Oigan!” Grité. “¿No van a ayudar a ese niño?”

La chica me ignoró con un gesto. Le susurró algo al oído a su acompañante; sólo me miraban, riendo.

“¡Ese pobre niño tiene un corte en la rodilla! ¡Deberían llevarlo a la enfermería!”

Sus labios se separaron lo suficiente como para que la chica me conteste. “Estamos ocupados, señora.”

“¡Pero es su trabajo!”

Entraron a la cabaña. Sacudí mi cabeza y ayudé al pequeño Steve a ponerse de pie. Estaba cojeando.

“¡Duele mucho!”

Lo llevé a la posta, donde una enfermera leía una revista y fumaba un cigarrillo, aburrida. Sentó a Steve en una camilla y se puso a buscar una botella de alcohol medicinal en los cajones. Creyéndolo en buenas manos, volví al comedor. En el camino vi a la pareja salir de la cabaña, despeinados, con cara de culpables.

Ahí estaba Jason debajo de un árbol mirando al suelo. Había un grupo de niños jugando fútbol; la pelota acabó cerca de mi hijo. La tomó y los observó, esperando que lo dejen jugar. Se acercó, tímido; uno le arrancó el balón de las manos y volvieron a su juego, ignorando a Jason. Pude escuchar a uno decir “monstruo” en voz baja. Mi pequeño volvió a colocarse debajo del árbol, mientras que la pareja de guías se reía. De él.

* * *

Pronto estuve gritándole a Roger, cigarrillo en mano:

“¡Tus guías son unos irresponsables con exceso de hormonas!”

Intentó calmarme. “Estás exagerando Pamela. Estoy seguro que esos dos chicos simplemente no se dieron cuenta de lo sucedido.”

“Esto le pasó a tu hijo, Roger. ¿No te preocupa que se haya hecho daño?”

“¡Por supuesto que sí!”

“Entonces presta más atención a lo que hacen tus empleados. Están muy ocupados teniendo sexo y tonteando como para preocuparse de los niños.”

“Yo los escogí personalmente y están muy comprometidos con su trabajo.”

“Te equivocas.” Sentencié camino a la puerta. “Esos inútiles van a provocar un accidente. ¡Ya lo verás!”

“Pero, Pamela…”

“Y no dejaré que le pongan una mano encima a mi Jason. ¡Veo como se rien de él! Él no pidió ser así, Roger, no es su culpa. Todos lo maltratan: ¡los demás niños y también tus empleados!”

“Sólo tienes que darle tiempo; se acostumbrará…”

“¡Déjate de estupideces!” Lo interrumpí tirando la puerta detrás de mí.

* * *

Luego de una semana, odiaba el lugar. Cocinar todos los días para una legión de mocosos hiperactivos me estaba poniendo los nervios de punta. No soportaba ver como trataban a Jason, que se había vuelto más retraido que de costumbre. No tenía amigos; me daba pena siempre verlo solo debajo de un árbol mientras los demás niños jugaban.

Lo que más odiaba era la actitud de los guías. Fumaban marihuana, tenían sexo, bebían alcohol y luego dormían la resaca; a eso dedicaban sus días. A mi no me iban a engañar sentándose al frente de la fogata cada noche a cantar canciones. Un accidente era cuestión de tiempo.

* * *

Roger y Claudette me convencieron. Era un bonito día sábado, buen momento para que los niños vayan a nadar al enorme lago en pleno centro del campamento. Temía por Jason, que no sabía nadar.

“Es seguro, Pamela.” Roger me decía. “Le va a hacer bien hacer ejercicio y jugar con los otros niños.”

Claudette me sonreía. “Lo cuidaremos, Señora Voorhees. Se lo prometo.”

Ahí estaban los guías: chicas atractivas en traje de baño, los chicos en pantalón corto. Definitivamente no les interesaba ir a nadar. Pero no quería que Jason esté solo, quería que se divierta siquiera una vez, que los demás se dejen de burlar de él. Lo dejé ir con Claudette mientras yo volvía a la cocina a preparar el pollo frito para el almuerzo.

No pasó ni una hora y Claudette entró corriendo. Mis temores de que los niños estuviesen supervisados por incompetentes y de que Jason sea maltratado empezaron a hacerse realidad en segundos.

Claudette apenas podía hablar. “P-p-pasó algo… a Jason…”

Presa del pánico, corrí hacia el lago. Ahí estaban Roger y sus empleados, preocupados, algunos llorando. De inmediato lo supe. Los oí tratando de explicar, palabras como “ahogado” o “se alejó demasiado”.

Roger quiso pedir disculpas. “Lo siento, Pamela, lo siento tanto…”

Traté de no caer desmayada. Lo cogí de las solapas, gritando.

“¿Por que no había nadie con él? ¡Te dije que esto pasaría, te lo dije!” Encaré a los consejeros, todos mirando al suelo.

“¡Malditos sean todos! ¿Donde estaban? ¿Por que dejaron que mi pequeño se ahogue? ¿Quién diablos estaba a cargo?”

Una pareja desvió la mirada, apenados. Lo supe. Supe lo que habían estado haciendo.

“¡Teniendo sexo en vez de cuidar a mi niño! ¡Bastardos! ¡Malditos sean todos!” Colapsé en lágrimas, llorando por mi pequeño que nunca tuvo oportunidad de vivir como un chico normal.

* * *

Barry la alejó de la fogata:

“Ya me harté de cantar. Busquemos un lugar más privado.”

Ella reía, nerviosa; él la llevó a una de las cabañas. Pronto estaban en un camarote abrazados y besándose, a oscuras. Él la acariciaba por encima del suéter mientras sus piernas se envolvían alrededor de su cintura.

No notaron la figura que entró sigilosamente por la puerta. Barry no tuvo tiempo de reaccionar; sintiéndose atrapado en una travesura, alzó la vista con una sonrisa justo cuando el cuchillo se le clavaba en el estómago. Cayó al suelo mientras ella miraba, aterrorizada, sin siquiera poder gritar.

“Lo prometiste.”

Tartamudeó. “¿Qu-qu-qué?”

“Me prometiste que él estaría bien.”

Lo recordó.

“Lo siento. Lo siento mucho.”

“Dijiste que lo cuidarías.”

Retrocedió contra la pared. La navaja destelló en la oscuridad y dejó un corte impecable sobre su cuello. Mientras la chica trataba de detener el chorro de sangre que salía a borbotones sin éxito, la figura se alejó.

“Lo prometiste, Claudette.”

Se detuvo en el lago. El agua estaba tranquila y serena. No hubo gritos ni voces de alarma; nadie se había dado cuenta de nada.

“Les hice pagar, Jason.” Murmuró mientras se perdía en el bosque. No volvería más a ese lugar y se aseguraría que nadie más lo haría tampoco. Pensó en su hijo que ahora yacía bajo el agua, en paz, la misma paz que nunca tuvo en vida.

 

Lo Mejor de 2023 (Parte II)

Cuando se trata de rankings, hay que recordar que representan las opiniones del autor y en ningún momento deben considerarse como definitivas; parte de la cinefilia es intercambiar opiniones, después de todo, siempre y cuando se haga con respeto y no reducirla a gritos de «Como es posible que no incluyas ESTA pela en tu ranking!».

Dicho eso, cerramos este 2023 con los puestos 10-1 de mi ranking de lo mejor visto este año. No queda más que esperar a que el 2024 nos traiga otras grandes sorpresas.

¡Feliz años a todos!

 

HOLY SPIDER de Ali Abbasi

El caso real de Saeed Hanaei, un asesino en serie que entre 2000 y 2001 mató a 16 trabajadoras sexuales antes de ser capturado y ejecutado. Una periodista investiga el caso, enfrentándose a la desaprobación y trabas de una sociedad enferma de machista, mientras el asesino emprende una cruzada en contra de la “inmoralidad”, sintiendose intocable por unas autoridades patriarcales. Un thriller al mejor estilo de Zodíaco de David Fincher, pero en el contexto de Medio Oriente, una mirada lacerante a una cultura arcaica que lamentablemente es vista como algo natural en algunos rincones del mundo.

 

 

AS BESTAS de Rodrigo Sorogoyen

Una pareja francesa intenta establecerse en un pueblito de la campiña española, solo para encontrar resistencia de los dos hermanos que viven al lado. Se trata de una exploración de los efectos de la xenofobia extrema y de como la intolerancia puede llevar a las personas a recaer en sus instintos más primitivos y abandonar toda pretensión de humanidad. Un thriller muy bien construido por el director Sorogoyen, con más de un giro sorpresivo que rompe (para bien) con lo que uno se espera de esta historia.

 

 

OPPENHEIMER de Christopher Nolan

Vida y obra de J. Robert Oppenheimer, el creador de la bomba atómica y atormentado por el resto de su vida por el haber sido la causante indirecta de una de las atrocidades más grandes de la humanidad. Nolan nos sumerge de lleno en la psiquis de esta controversial figura, nunca dejándonos olvidar todo lo que implicó lo que sería la obra de su vida; uno entiende porque existe tanto miedo frente a la posibilidad de una III Guerra Mundial que involucre armas nucleares. El director inglés se muestra en total control de todos los elementos audiovisuales para entregarnos un filme biográfico, pero inconfundiblemente suyo; solo Christopher Nolan podría hacer esta película de esta manera.

 

 

SPIDER-MAN: ACROSS THE SPIDER-VERSE de Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson

Una progresión natural de lo visto en la colorida entrega anterior, este viaje a través del multiverso arácnido es una alucinada y enérgica mezcla de diferentes estilos de animación, un gran trabajo visual lleno de creatividad. Es además un tributo al Hombre Araña y sus décadas de historia tanto en cómics y el cine, una tradición que en todas sus versiones no olvida lo que hace de este personaje uno de los más entrañables de la cultura pop. A pesar de la enormidad de esta aventura, la película no descarta su lado más humano, como se ve en la creciente y simpática relación entre Miles Morales y Gwen Stacy. Ahora solo queda esperar la tercera parte para ver cerrar esta historia por todo lo alto.

 

 

JOHN WICK: CHAPTER 4 de Chad Stahelski

John Wick vuelve por cuarta (¿y última?) vez para enfrentar a la Alta Mesa y ponerle punto final a un periplo que empezó con mucha modestia hace nueve años. Casi operática en sus elaboradas coreografías y exagerada violencia, esta es una película que intenta superarse a si misma en cada escena, en cada golpe y en cada balazo. La sutileza aquí no interesa; John Wick arrasa con todo este mundo de asesinos en las sombras y rituales milenarios con mucha energía y estilo, dándole un cierre a la que hoy por hoy es una de las mejores series de acción que tiene Hollywood. Un universo que por lo demas, no dolería volver a visitar más adelante.

 

 

AIR de Ben Affleck

El caso de Nike y sus zapatillas Air Jordan en los años 80 es uno digno de estudiarse en cursos de marketing y negocios. Ben Affleck vuelve a la dirección convirtiendo el caso en una entretenida historia tras bambalinas de la celebrada marca y una campaña que marcó época, y todo por haber tenido la iniciativa de apelar a la imagen de Michael Jordan no como un ídolo inalcanzable y mítico del basketball, sino como un ser humano como todos nosotros. Un gran reparto se luce en una película que es mayormente una serie de conversaciones en oficinas, pero que nunca deja de ser entretenida.

 

 

SISU de Jalmari Helander

“Sisu” es un concepto finlandés que engloba la determinación, el estoicisimo, tenacidad y valentía. Y no hay mayor determinación que la de Aatami, el anciano minero que debe enfrentarse a un pelotón de nazis aves de rapiña que quieren robarle su oro. Premisa sencilla y que no necesita de mayores complicaciones; se trata de una adrenalínica pieza de acción donde el actor Jorma Tommila deja que sean sus gestos y sus ojos llenos de furia los que digan todo lo que se tiene que decir. De lo mejor que nos ha dado el género en el año.

 

 

BLACKBERRY de Matt Johnson

No es la historia triunfal de una nueva tecnología; Mike Lazaridis, Doug Fregin, Jim Balsillie y compañía eran en realidad unos desadaptados que ascendieron demasiado rápido y se dejaron llevar por la fama de ser “la novedad” más que pensar en el largo plazo. Para cuando el iPhone irrumpió en el mercado, no supieron reaccionar y el BlackBerry quedó en el olvido. Más que un relato inspiracional, es una ácida comedia filmada como un documental sobre unos tipos a quienes la etiqueta de emprendedores les quedó demasiado grande. Prueba de que se puede hacer una película sobre cualquier tema, por más aburrido que parezca – siempre y cuando se haga bien.

 

 

EVIL DEAD RISE de Lee Cronin

Los deadites se trasladan de una cabaña en el bosque a un edificio en Los Angeles. Ya no está el gran Ash Williams, pero si una familia que sabemos la van a pasar mal cuando encuentran el Necronomicón en el sótano. Siempre resulta un placer ver una película que dice “al diablo con el buen gusto” y decide lanzarse sin ningún tapujo a una pesadilla de gore y humor negro; estos demonios no se andan con bromas. Otra gran entrega para tal vez una de las mejores sagas del género del terror; entre la comedia (negra) y el horror puro, se ha mantenido bastante consistente a lo largo de 40 años.

 

 

KILLERS OF THE FLOWER MOON de Martin Scorsese

Una injusticia que ha sido olvidada por los libros de historia: el asesinato de miembros de la adinerada tribu Osage por los blancos que llegaban a la reservación para aprovecharse de sus habitantes. Interesante la elección de Scorsese de contar esta historia desde el punto de vista de los asesinos; uno no puede más que indignarse frente a un sistema que dejó que estas injusticias sean impunes por muchos años. La voz de los Osage queda personificada en Mollie Burkhart, víctima de inescrupulosos pero que nunca perdió su temple. Con elementos del cine policial y el western, Martin Scorsese nos entrega otra obra maestra que ratifica que estamos frente a un verdadero maestro del cine contemporáneo.

Lo Mejor de 2023 (Parte I)

Se acaba el 2023, el segundo año de “normalidad” post-pandemia y donde el mundo del cine ha visto pasar un vendaval de sucesos: el insospechado éxito de la dupla “Barbenheimer”, destronando por primera vez en años al cine de superhéroes de los primeros lugares de la taquilla, algo que los cinéfilos más esnobs celebran como si de ganar un Mundial se tratase; el colapso de la monolítica Disney, enfrentada a un fracaso comercial tras otro, algo que otro contingente de esnobs también celebra, olvidándose tal vez que Mickey y Donald eran infaltables en su infancia; las metidas de pata de la veterana Warner Bros.; el fin del universo fílmico de DC para dar paso a uno nuevo; la competencia entre el millar de plataformas de streaming que ahora deben enfrentarse a unas salas de cine que de a pocos van renaciendo.

En medio de la nueva discusión sobre si el “contenido” de las plataformas puede considerarse cine “de verdad” (respuesta rápida: Sí), lo que más debería importarnos son las películas mismas. Y como todos los años, siempre las hay; solo es cosa de buscarlas. Ya sea en cartelera, en festivales, en plataformas o mediante los omnipresentes torrents, siempre ha habido algo que ver en los últimos 12 meses.

A continuación la primera parte de lo que espero sea la nueva tradición del Top 20 anual, un número más representativo que las 10 que pueden quedar cortas. Los puestos 20-11, mientras que los diez primeros espero puedan aparecer antes que acabe el año.

 

 

LINOLEUM de Colin West

Cameron siempre quiso ser un astronauta, pero se tuvo que contentar con ser un animador infantil. En medio de los cuestionamientos por donde ha ido a parar su vida personal y profesional, empiezan a suceder cosas extrañas. Lo que empieza como una comedia con toques surrealistas se vuelve una emotiva reflexión acerca del paso del tiempo y las oportunidades desaprovechadas – con el mensaje final de que nunca es tarde y que siempre hay algo de lo que estar agradecido. Sensiblera, tal vez, pero esta película tiene una carga emotiva que sin dudas, funciona.

 

 

THE FIVE DEVILS de Léa Mysius

Un drama sobre sueños truncos y familias disfuncionales, visto desde un punto de vista infantil pero maduro a la vez. Y eso es antes de incluir elementos de viajes en el tiempo, dándole la oportunidad a su niña protagonista de conocer su historia familiar y de asumirla como parte inevitable de su desarrollo. No se trata de una cinta sci-fi propiamente tal, sino algo más cercano al realismo mágico; es una manera bastante original de abordar temáticas ya conocidas, sumado a la especialidad del cine francés para siempre resaltar personajes y relaciones antes que cualquier otra cosa.

 

 

STILL: A MICHAEL J. FOX MOVIE de Davis Guggenheim

¿A quien no le cae bien Michael J. Fox? Uno de los actores más carismáticos de su generación que vio truncada su carrera con un impensado diagnóstico de Parkinson’s. Hoy está mayor, debilitado y melancólico, pero como nos muestra este documental, no ha perdido ni la chispa ni el talento ni las ganas de vivir. Un emotivo documental que deja que Fox narre su propia historia utilizando momentos de su amplia trayectoria en cine y televisión, que además sirve como registro y testimonio de una gran carrera.

 

 

SMOKING CAUSES COUGHING de Quentin Dupieux

La nueva fumada del genio Quentin Dupieux, que parte como una certera parodia de los Power Rangers y las series tokusatsu japonesas – trajes baratos de goma incluidos – para de repente convertirse en una antología de historias bizarras y repletas de humor negro. Dupieux parece filmar todo de forma improvisada, poniendo delante de cámaras cualquier idea extraña que se le pueda ocurrir, pero para los que ya han gozado de su particular sentido del humor – como olvidar a la llanta asesina con poderes telekinéticos – esta es una joya más dentro de una filmografía cada vez más especial.

 

 

THE CREATOR de Gareth Edwards

La mezcla perfecta de espectáculo visual y buenas ideas que debería tener todo buen filme de ciencia ficción. Edwards toma algunos elementos prestados de cintas como Apocalipsis Ahora o Akira para crear un mundo futurista donde la inteligencia artificial ha sido marginada y obligada a autoexiliarse mientras el ejército estadounidense no pierde la costumbre de meterse donde no los llaman. Edwards sabe usar los recursos que tiene a la mano y ha logrado crear una visión futurista completa con un reducido presupuesto (para los estándares de Hollywood, claro está). Otras megaproducciones bien podrían seguir el ejemplo.

 

 

LOLA de Andrew Legge

En plena II Guerra Mundial, dos hermanas inventan una máquina – LOLA – que les permite recibir transmisiones radiales del futuro; un golpe de suerte que permitirá reescribir la historia, vencer a Hitler y sus aliados y acabar con el conflicto de manera rápida. Hasta que las cosas se salen de control. Una maravilla lo-fi e indie donde el director Legge echa buena mano de recursos limitados, junto a muchas imágenes de archivo y bastante creatividad, para llevar su alucinada premisa a lugares insospechados. Minimalista y enormemente efectiva, es el tipo de buena ciencia ficción que los amantes del género necesitan.

 

 

BABYLON de Damien Chazelle

La prima vulgar de Cantando Bajo la Lluvia, lo nuevo de Damien Chazelle nos lleva al Hollywood de los años 20, justo cuando la industria hacía la transición del cine mudo al sonoro. A diferencia de otros relatos llenos del glamour y la magia del cine, esto es un bacanal desenfrenado donde se inician carreras exitosas y otras colapsan sin remedio; no todos sobrevivieron al gran cambio. A ratos un literal descenso a los infiernos, esta es una película  desenfadada y entretenida que destila amor por el cine – aún si detrás de todo el espectáculo hay acciones bastante cuestionables.

 

 

TETRIS de Jon S. Baird

La historia de como el juego de apilar ladrillos casi provoca una crisis internacional en los años 80, en plena Guerra Fría. Contra todo pronóstico, una temática que pudo haber sido aburrida se convierte aquí en algo enérgico y divertido, digno de cualquier novela de espías. La lucha para conseguir los derechos del mentado Tetris fue una batalla campal donde las ideologías políticas no eran ajenas. Rusos, norteamericanos e ingleses, todos querían hacerse de los benditos ladrillos, dando como resultado una intriga llena de puñaladas arteras y malos manejos. Nunca la firma de unos contratos tuvo tanto suspenso.

 

 

RYE LANE de Raine Allen-Miller

El pequeño placer de ver a una pareja recorrer barrios, conversar, conocerse y eventualmente enamorarse. Esta es una sencilla comedia romántica (un género que últimamente parece estar en vías de extinción) donde los pintorescos barrios londinenses son un personaje más; es una especie de Antes del Amanecer urbano y multicultural. Los jóvenes David Jonsson y Vivian Oparah hacen una pareja carismática y con mucha química y no cuesta mucho querer verlos juntos, señal de una romcom que funciona.

 

 

TO CATCH A KILLER de Damián Szifron

Como atrapar a un asesino en el mundo moderno de hoy. Una pesadilla burócratica que entorpece todo, una sociedad donde algunos sienten la necesidad de irse a extremos políticos y sociales solo para comunicar una idea. Esto es apenas el trasfondo para un sólido y tenso policial, hábilmente dirigido por el argentino Damián Szifron. Es verdad que cuenta con muchos de los elementos esperados, pero los utiliza bastante bien; es una gran entrega dentro del subgénero de serial killers.

Personajes 2023

Es el eterno debate que me planteo al momento de hacer esta lista anual de personajes: resaltar las mejores actuaciones, las que seguramente aparecerán entre las favoritas no solo de otros críticos sino también de otras premiaciones de la temporada, o resaltar los personajes más memorables. Y sí, hay una diferencia. Al final, creo que llegué a un buen punto medio y así es como la inmensa Lydia Tár puede codearse con un deadite.

Es muy probable que falten varios; pero para hacer de esta lista más manejable, dejo el número en diez, cinco actuaciones masculinas y cinco femeninas. Y claro, trato de ser variado y que no se repitan varias figuras de una misma película, lo cual resulta un problema cuando se tiene un reparto extenso donde todos están haciendo un gran trabajo, como es el caso de cierta película sobre un par de zapatillas. Tal vez no sea representativo de todo el año, pero si de los gustos personales. Aquí van entonces diez personajes del año, en orden alfabético.

 

 

Cate Blanchett, Tár

Lydia Tár parece tenerlo todo como una de las conductoras musicales más famosas del mundo. Siempre en control de todo y al parecer infalible, hasta que una impensada acusación empieza a derrumbar su vida como castillo de naipes; somos testigos de su colapso profesional, social y personal y de como se van haciendo aparentes sus defectos a pesar de su fachada de perfección. Este papel es prueba irrefutable de que Cate Blanchett es una de las mejores actrices de su generación: le da tanta humanidad a Lydia que si te dijesen que esta es la biografía de una persona real, no te lo cuestionarías.

 

 

Romina D’Ugo, I Like Movies

Alana, encargada de un alquiler de videos estilo Blockbuster, tiene que lidiar con mucho. No solo con sus propias ambiciones y experiencias, sino también soportando a Lawrence, el intragable y socialmente torpe cinéfilo de 17 años que trabaja en la tienda solo para sacar películas gratis. Casi sin querer, Alana se vuelve la mentora de un chico difícil, pero sin aguantarle sus pataletas y siempre dejándole en claro cual es su realidad. Gran personaje, dentro de esta joyita de cine indie que tal vez haga repensar su relación con el cine a los cinéfilos más esnobs.

 

 

Viola Davis, Air

Dentro de un gran reparto donde todos parecen estar dando el 100% – Matt Damon, Ben Affleck, Chris Messina, etc. – la duda era a quien resaltar. No quedan dudas: Viola Davis logra tremenda impresión como Deloris Jordan, madre del gran Michael, quien sabía lo que valía su hijo y como buena madre, está dispuesta a luchar para que MJ reciba lo que se merece, ni mucho menos; y que se le reconozca como el gran atleta que es. Davis siempre sabe como proyectar autoridad y aquí lo demuestra con creces; el que lo haga casi siempre por teléfono y sea tan efectiva da fe de la gran actriz que es.

 

 

Lily Gladstone, Killers of The Flower Moon

Mollie Burkhart es una víctima. Víctima de los inescrupulosos de su esposo y el tío de este, que buscan hacerse de su fortuna familiar; y víctima también de una sociedad que permite que su pueblo sea explotado. A pesar de todo lo que le sucede, Mollie no cede y se mantiene firme, un admirable retrato de fortaleza y estoicismo frente a las adversidades y el alma de la última gran película de Scorsese. Frente a pesos pesados como Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, Lily Gladstone brilla con luz propia y se consagra como una gran actriz en alza.

 

 

Glenn Howerton, BlackBerry

Frente a los nerds desadaptados que crearon los BlackBerry, Jim Balsillie claramente se veía superior. Un tiburón en un mar de pescaditos, que compensaba su falta de conocimiento de tecnología siendo un tigre para los negocios. Hasta que se le cae la careta y detrás del tipo gritón, decisivo y autoritario queda un cretino inseguro que se deja llevar por todas las gollerías de su nuevo puesto y que no tiene absolutamente nada que hacer en el negocio de los celulares. Es divertido ver a Howerton encolerizarse, hablar mil palabrotas y poner a todos en regla, pero también es obvio que detrás de todo eso hay un tipo bastante patético.

 

 

Jason Momoa, Fast X

Ningún villano se estaba divirtiendo tanto este año como Dante Reyes. Momoa sabe perfectamente en que caricatura esta metido, la décima entrega de una serie que ya abandonó cualquier concepto de realidad hace rato. Y es así como tenemos a Reyes, un estrafalario y excéntrico payaso que no deja de ser peligroso. Momoa parece querer reír a carcajadas con todo lo que le toca decir y hacer; dentro de una película que a veces peca de muy extensa y donde todo está exagerado a mil, Dante Reyes resulta lo más memorable.

 

 

Cillian Murphy, Oppenheimer

J. Robert Oppenheimer siempre tendrá como imborrable legado el haber sido el creador de la bomba atómica; su eterna contribución a la historia contemporánea y que lamentablemente, superará a cualquier otro hito que haya podido lograr. Murphy se mete de lleno en la piel de un hombre brillante, pero atormentado de por vida por la responsabilidad que le tocó asumir. Oppenheimer veía todo en términos científicos, hasta que tuvo que enfrentar el costo humano de su trabajo. Gran trabajo el de Murphy al adentrarnos en la psiquis de una figura compleja y fascinante.

 

 

Marcelo Subiotto, Puan

Marcelo Pena es un profesor universitario de filosofía que está teniendo días complicados: su mentor y buen amigo fallece, se encuentra peleando un puesto de trabajo con un rival que parece tiene todas las de ganar y nadie parece respetarlo o tomarlo en serio. Subiotto está genial como un tipo en plena crisis existencial, cuestionándose su propio valor como académico en épocas convulsionadas para Argentina. Al Profesor Pena le llueve sobre mojado, pero ahí está, aguantando todo en esta simpática comedia del país gaucho.

 

 

Alyssa Sutherland, Evil Dead Rise

La vida es dificil para Ellie, una madre soltera de tres hijos; y eso es antes de entrar en contacto con el Necronomicón. La actriz australiana Sutherland sufre un total cambio una vez poseída por los cada vez más crueles deadites, un trabajo tanto de maquillaje como de esfuerzo físico. Sutherland se contorsiona y gruñe, convertida en una criatura de maldad absoluta, sin rastro de humanidad; y la también modelo parece estar divirtiendose con la posibilidad de hacer de la villana de la película sin tapujos. Una criatura grotesca pero memorable.

 

 

Donnie Yen, John Wick: Chapter 4

El imparable John Wick de Keanu Reeves al fin encontró a la horna de su zapato, tal vez el único que le ha hecho frente de igual a igual en cuatro películas: Caine, el asesino invidente cuya discapacidad nunca resulta un obstáculo. Y nadie mejor para interpretar a una figura tan letal que el gran Donnie Yen, una máquina para repartir patadas que ha hecho del cine de artes marciales un arte. Con sus dotes para las peleas, con su innegable estilo y hasta con sentido del humor, Yen está peligrosamente cerca de robarse toda la película.

 

YAPA: Olvídense del mocoso de El Sexto Sentido, Jason Momoa también habla con muertos.

 

Lima Alterna: Entre el Experimental y el Cine de Género

En cuatro años, el Festival Lima Alterna ha logrado hacerse una clara identidad dentro de la oferta festivalera local. A primera vista, se trata de un certamen de cine “experimental”; se pueden venir a la mente películas complejas, hasta se podría decir densas, y eso puede darle urticaria a más de uno. Pero lo de este festival va un poco más allá; si bien su enfoque no es precisamente el cine de narrativa convencional al que los cines nos han acostumbrado, se están alejando de ese tufillo serio y hasta un poquito elitista que a veces desprende el cine independiente/experimental, o sus seguidores.

Esto porque, entre otras cosas, Lima Alterna no le rehuye al cine de género – terror, ciencia ficción, thriller, y un largo etcétera – como tal vez si lo harían otros festivales que quieren dar una imagen más “seria”. Y esto quedó claro desde su primera edición, lamentablemente limitada a la virtualidad debido a la pandemia. La película inaugural fue Jesus Shows You The Way to The Highway de Miguel Llansó. Es un delirio inclasificable, una desopilante y entretenida mezcla de géneros y estilos cinematográficos: el tecno thriller¸el exploitation y el cine de artes marciales se dieron cita con Batman, Josef Stalin y Jesucristo para darnos algo totalmente nuevo, compensando su falta de presupuesto con mucho ingenio y creatividad. Fue una perfecta declaración de principios para un festival que recién estaba empezando, además de sentar la costumbre de abrir fuegos con películas llamativas que mezclen el cine de género con algo más experimental, pero siempre novedoso.

Así fue en el 2021 con (tomen aire) Digital Video Editing With Adobe Premiere Pro: The Real World Guide to Setup and Workflow de Hong Seong-Yoon; el título puede recordar a todos esos fascículos coleccionables de diarios como El Comercio que querían enseñarnos a usar la computadora en las últimas dos décadas (y que resultaban inevitablemente obsoletos en poco tiempo), pero en realidad se trata de un mediometraje coreano de fantasmas ambientado totalmente en una ventana de Adobe Premiere, haciendo a esta película parte del reciente subgénero screenlife, filmes que simulan pantallas de computadora. Esto va de la mano con otro de los objetivos del festival: innovaciones estéticas, técnicas y audiovisuales en las películas seleccionadas.

Esta innovación incluye la reapropiación y uso de metraje, tal y como se vio el año pasado con The Timekeepers of Eternity de Aristotelis Maragkos. Toma la olvidable y mediocre miniserie The Langoliers (1995), basada en una noveleta de Stephen King, con un Bronson “Primo Balki” Pinchot desatado gritándole a todo el mundo, monstruos hechos con CGI nivel Nintendo 64 que parecen los gemelos malvados de Pac-Man y una duración de tres horas que más parecen ocho, y no sólo la reduce a una hora y media sin perder nada, sino que a través de imágenes en blanco y negro, animación y recortes de papel, le cambia todo el sentido para convertirla en una obra de ciencia ficción que reflexiona acerca del destino y el paso del tiempo, al menos en una de sus tantas interpretaciones.

Y así llegamos al 2023 y a 2551.01: The Kid de Norbert Pfaffenbichler, primera parte de una trilogía aún inconclusa; una aventura post-apocalíptica ambientada enteramente en subterráneos, un retrato de una sociedad distópica donde todos usan máscaras, cada una más grotesca que la anterior (simbolizando tal vez a mutantes u otras criaturas luego de un Apocalipsis nuclear) y son todos oprimidos por las leyes de una autoridad fascista. En medio del caos, un niño abandonado establece un vínculo con un aventurero con máscara de simio. Aunque resulte difícil de discernir en el contexto, la relación entre ambos está supuestamente basada en la que tuvo el Charlot de Charlie Chaplin con Jackie Coogan en The Kid (1921). La influencia del cine mudo es aparente, desde la falta de diálogos hasta el uso de música de las épocas de vaudeville, que a veces da paso a un rabioso y enérgico heavy metal, apropiado para sus imágenes bizarras y grotescas. Otra mezcla de elementos a las que las películas inaugurales de Lima Alterna nos tienen acostumbrados.

En ese sentido, este Festival se perfila como uno de descubrimiento: descubrir nuevas y novedosas propuestas que puedan expandir un poco la concepción que uno tiene del cine y en particular del cine indie o experimental, que no tiene porque ser pesado o agobiante. Y ha encontrado la manera de hacerlo accesible a través de las películas de género, siendo de los pocos festivales locales (o acaso el único) que le da cabida a cine que otros certamenes, más concentrados en películas de “prestigio” de eventos como Cannes, Berlín o quien sabe cual más, suelen ignorar. Con una identidad ya establecida, bien vale la pena hacerles seguimiento.

Los Feebles

A veces, es imposible volver a ver las series o películas que uno veía de niño con ojos de adulto; la inocencia se pierde. Basta con que te digan, por ejemplo, que la razón por la que Scooby-Doo y Shaggy siempre tenían hambre era porque estaban con la bajona y siempre desaparecían en sus aventuras porque se iban a otro lado a fumarse su tronchito (y el comportamiento de Shaggy no dejaba dudas). De la misma manera, Peter Jackson probablemente arruinó a los Muppets para toda una generación con la demencial Meet The Feebles.

 

 

Jackson hizo esta parodia entre su debut, Bad Taste, una invasión extraterrestre hecha con 50 dólares y mucha imaginación, y Dead Alive, la cinta gore de la que todas las otras películas gore deberían aprender y donde un cura “patea traseros para el Señor” y revienta a zombies con patadas de karateca. Un trío de películas que demostró la creatividad de su director, su capacidad para utilizar recursos y su total falta de buen gusto. No había como adivinar que Jackson luego dirigiría la trilogía de El Señor de los Anillos; es prueba innegable de que los sueños sí se cumplen.

Los Feebles – los primos pobres de los Muppets – se encuentran en los preparativos para la primera transmisión de su show de variedades. Pasamos tras bambalinas y encontramos a una sarta de muñecos degenerados cayendo en todos los vicios posibles, acaso en una salvaje mirada al lado más oscuro del mundo del espectáculo. Está Heidi, la hipopótamo estrella del show, que posiblemente tenga un desorden alimenticio y está al borde de un colapso mental al enterarse que Bletch, la morsa dueña del espectáculo y que además trafica drogas, la está engañando con una gata corista.

Eso no es todo: los Feebles incluyen a un conejo promiscuo que se ha contagiado de sida, una rata que filma pornos en el sótano del teatro, un elefante al que le están haciendo juicio por paternidad y una rana veterana de Vietnam adicta a la heroína que tiene flashbacks a cuando el Vietcong la obligó a jugar a la ruleta rusa con otros prisioneros. Todo un párrafo compuesto de las oraciones que uno nunca cree que va a escribir. Se podría mencionar más pero es más divertido descubrir toda esta perversión uno mismo.

Los únicos inocentes son Robert, un puercospín con un impedimento para hablar, perdidamente enamorado de una poodle llamada Lucille; pero hasta ellos se ven corrompidos por el sórdido mundo del espectáculo. Los Feebles no cantan sobre la alegría y la amistad, pero si le dedican un número músical a los placeres de la sodomía. Un mundo en decadencia, tal vez parecido al actual, pero poblado por muñequitos y donde no hay tabú que no se pueda pisotear.

Peter Jackson, que duda cabe, se estaba divirtiendo con esta locura. Nunca está de más ver a un director que decide pasar por encima de todo lo que se considere “correcto” y simplemente se lance con todo a chocar, sorprender o incluso ofender. Hoy por hoy, Jackson es conocido por una de las trilogías más majestuosas y exitosas del cine, y por sus documentales sobre la I Guerra Mundial y los Beatles; su empresa de efectos especiales WETA Digital es de las más conocidas en el medio; y es, claro, uno de los orgullos de Nueva Zelanda. Se ha convertido merecidamente en un pez gordo en Hollywood, pero al mismo tiempo, se extraña a ese Jackson irreverente y sucio que hacía cine de guerrilla recurséandose como podía. Ojalá algún día recapture ese espíritu.