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Bienvenidos a la Cripta

diciembre 10, 2021

Hay cosas que uno ve en el cine o en la tele de niño y lo marcan: la muerte del caballo Artax, la primera entrega de Pesadilla, Pinhead y sus amigos sadomasoquistas en Puerta al Infierno (la mediocre tercera parte, no el terror gótico original de Clive Barker), y un largo etcetera. Y entre toda esta lista de cosas “prohibidas” que uno no debía estar viendo a corta edad (y es justamente lo prohibido lo que llamaba la atención) está aquella serie que daban por las noches en HBO: Cuentos de la Cripta.

En una noche tormentosa, se abre una reja de hierro y entramos a una casona antigua y tenebrosa digna de los Locos Addams. Un pasaje detrás de un librero nos conduce a una escalera que nos lleva al sótano, donde entramos a una habitación llena de velas solo para encontrarnos de golpe con una maldita calavera que salta de un ataúd; para muchos, este fue uno de los primeros jumpscares de la vida, una risotada macabra que te hacía saltar hasta el techo en el punto más alto de la inconfundible musiquita de Danny Elfman.

La calavera era el Cryptkeeper, el cadaver podrido que hacía las veces de anfitrión con más de un irritante juego de palabras que hace querer lanzarle algo al televisor (Greetings, boys and ghouls). Él era un punto de entrada para estas breves historias macabras basadas en los populares e incomprendidos EC Comics de los años 50; revistas como Tales From The Crypt, The Haunt of Fear, Shock SuspenStories, The Vault of Horror y un largo etcetera, que bajo la dirección de William M. Gaines, se echaban a la espalda el buen gusto y la moral de la época. Su desenfado y ganas de quebrar tabúes las hicieron prohibidas, revistas que los niños leían a escondidas mientras Gaines se convertía en el enemigo publico número uno de sus padres.

Un quinteto de pesos pesados hollywoodenses – Robert Zemeckis, Walter Hill, Richard Donner, Joel Silver y David Giler – unieron fuerzas para crear este tributo a Gaines y sus sórdidas revistas; una serie que duró siete temporadas y que se valió de la falta de censura de HBO para dar rienda suelta a la imaginación, con capítulos grotescos lleno de comportamientos moralmente cuestionables, harto gore y para los adolescentes con las hormonas revueltas, bastantes desnudos. Esta fue una de las primeras producciones originales del veterano canal de cable, la primera señal de una calidad indiscutible que luego se vería en otras series como Oz, The Sopranos, Six Feet Under y un largo etcetera.

A pesar de su contenido grotesco, las historias de estas revistas eran, al final, bastante moralistas. Cada capítulo de la serie sigue un inquebrantable formato: alguna persona de dudosa moral comete un error grave y termina pagando las peores consecuencias. Así es como en estos breves relatos se daban cita estafadores, asesinos, ladrones de poca monta, mujeres interesadas, periodistas sumergidos en el lodo y casi siempre alcohólicos, parejas infieles y demás, todos con pocos escrúpulos y al final recibiendo una ineludible dosis de karma.

Puede sonar repetitivo y de cierta forma, lo es; pero Cuentos de la Cripta se dio maña para aplicar esta formula en distintos contextos: historias policiales, comedia negra, westerns, melodramas, acción, cine bélico y el cine de terror, con toda la fauna con la que se le asocia. Vampiros, hombres lobo, zombies, muñecos malvados, fantasmas y otros también hicieron su aparición y todo con un pedigrí que sólo ese grupete de productores se podía conseguir.

Y es que a lo largo de siete años, la serie se dio maña para convocar a la crema y nata de Hollywood. Zemeckis, Donner y Hill dirigieron más de un capítulo, acompañados de otros directores de peso como Tobe Hooper, William Friedkin y John Frankenheimer. Algunas estrellas tuvieron su primera experiencia detrás de cámaras, como es el caso de Tom Hanks, Michael J. Fox, Kyle MacLachlan y el gran Arnoldo. Otros actores en alza tuvieron sus primeros papeles en la serie; por ahí se dejan ver unos jóvenes Ewan McGregor y Daniel Craig durante la última floja temporada, cuando la producción se mudó a Inglaterra, el presupuesto bajó y todo parecía un proyecto barato de la BBC. Si bien no se puede decir que este fue el mejor trabajo de todos esos grandes nombres, todos entendieron que estaban hacienda una serie basada en el cine clase B y que la consigna era divertirse.

Cuentos de la Cripta se convirtió en un fenómeno. El Cryptkeeper y sus horrendos chistes de doble sentido se convirtieron en íconos de la cultura pop, a pesar de tratarse de una calavera momificada en avanzado estado de descomposición; hubo un spinoff animado para niños, un programa concurso, un disco de metal y otro de villancicos y dos largometrajes: Demon Knight (1995), un delirio gore con Billy Zane como un histriónico demonio y la olvidable Bordello of Blood (1996), sobre un prostíbulo de vampiros. Una tercera cinta, Ritual (2002), fue modificada luego para añadir un intro con el Cryptkeeper en Jamaica, ataviado con dreads; fue el último intento de mantener vigente al cadavérico personaje. Vale la pena mencionar además que tanto The Frighteners (1996) de Peter Jackson y From Dusk Till Dawn (1996) de Robert Rodríguez originalmente nacieron como entregas de la serie en pantalla grande antes de ser lo que son ahora.

Vista con ojos modernos, hay cosas de la serie que no han envejecido tan bien; es de un presupuesto marcadamente bajo en comparación a las series actuales (tiene un aire muy noventero que resulta dificil de describir); su promesa de sangre y sexo parece puritánica al lado de lo que se permite mostrar en pantalla hoy en día y tras años de ver proyectos con premisas parecidas, sus finales macabros y kármicos con los esperados twists resultan a veces demasiado obvios.

Pero la serie mantiene cierto encanto, más que nada por ese desenfado producto de un Club de Toby hollywoodense que un día se junto a divertirse y nada más. Hubo un intento de relanzarla hace algunos años bajo la batuta de M. Night Shyamalan y por una vez, su predilección por los giros inexplicables de última hora le hubiese servido bien; pero el proyecto no llegó a buen puerto y tal vez sea mejor así. Algunas cosas sólo funcionan en un determinado momento. Por último, el Cryptkeeper y su mugrosa cripta siempre van a estar ahí si uno quiere descender a verlos.

YAPA: Los mejores capítulos de esta serie según este servidor. Todos pueden encontrarse en YouTube.

Dig That Cat… He’s Real Gone de Richard Donner

Un vagabundo adquiere las nueve vidas de un gato y se convierte en la sensación de un carnaval, el inmortal que no puede morir. Hasta que comete un pequeño error de cálculo.

Fitting Punishment de Jack Sholder

El único capítulo con un reparto enteramente afroamericano. Un chico sufre la tiranía de su tío dueño de una funeraria, un viejo tacaño tan ruin y miserable que resulta todo un deleite verlo recibir el castigo que uno sabe se le viene encima.

The Ventriloquist’s Dummy de Richard Donner

De esos que te marcaban de niño. ¿Cual es el secreto del ventrílocuo Mr. Ingels y su muñeco? La revelación es de pesadilla.

The New Arrival de Peter Medak

Otro de los que me traumaban de niño. Nunca he podido olvidar a la chiquilla de máscara blanca correteando a un arrogante psicólogo infantil por una casa llena de trampas

Cutting Cards de Walter Hill

Dos tahúres y eternos rivales buscan resolver sus diferencias a través del juego. Un relato sencillo y breve, al mejor estilo de su director, donde el odio entre ambos jugadores los lleva al límite de lo absurdo.

The Trap de Michael J. Fox

La primera vez que me di cuenta que estas historias no tenían que ser sólo de terror. Comedia negra pura y dura sobre una estafa al seguro donde todo sale mal. Marty McFly se estrenó tras de cámaras y aparece en un juzgado haciendo discursos.

Top Billing de Todd Holland

Un actor perdedor y mediocre está obsesionado con obtener el papel principal de Hamlet en una producción un tanto excéntrica. Tal vez uno de los mejores twists que nos dio esta serie y uno de los pocos que no se puede adivinar tan fácilmente, un final cruel pero ingenioso.

Split Personality de Joel Silver

La única vez en que el productor Silver se ha puesto detrás de cámaras, este capítulo tiene a Joe Pesci como un estafador obsesionado con la dualidad que conoce a dos gemelas. Pesci hace una variación del tipo gritón y malas pulgas que mostró en más de una película de Scorsese; verlo echar puteadas o bailar I’m Too Sexy de la forma más descoordinada posible es bastante entretenido.

What’s Cookin’ de Gilbert Adler

Una pareja dueña de un restaurante encuentra el éxito con una particular receta para cocinar carne. Christopher Reeve, el Superman de toda una generación e ícono de nobleza y pureza de espirítu, se ensucia las manos de la mejor manera como el cocinero con crisis de conciencia.

Death of Some Salesmen de Gilbert Adler

Los Brackett son una familia redneck que detesta a los vendedores ambulantes; la mejor razón para ver este singular capítulo es porque el gran Tim “Pennywise” Curry hace la de Eddie Murphy, interpretando a toda la familia bajo seis tipos de maquillaje. El actor se ganó una nominación al Emmy por sus tres transformaciones.

Let The Punishment Fit The Crime de Russell Mulcahy

Una abogada (sin escrúpulos, claro) se encuentra atrapada en un juzgado en medio de la nada donde los procesos son cada vez más surreales y los castigos cada vez más medievales. Catherine O’Hara es un tesoro.

Mención aparte para Yellow, de Robert Zemeckis, el capítulo más largo de la serie y una mini-cinta bélica que es en realidad un tributo a Senderos de Gloria (1957) de Stanley Kubrick. Kirk Douglas hace de un general en la I Guerra Mundial que debe disciplinar a su cobarde hijo en las trincheras; el que este hijo sea interpretado por Eric Douglas, el fallecido hermano de Michael cuya carrera nunca alzó vuelo, le da un inevitable aire de melancolía a un relato con un final extremadamente cruel y que pega aún más por la total ausencia del típico humor negro de la serie.

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