Saltar al contenido

La Importancia de Llamarse… III

May 12, 2023

De todas las técnicas que se utilizan para promover películas, una de las más inexplicables es cambiarles el título cuando este ya está en español; algo que, de nuevo, suele pasarle principalmente a las películas de terror y de género. Así es como un nombre entendible en varios países de la región, que no requiere mayor explicación o variación, es transformado casi siempre en algo más genérico (y que casi siempre incluye palabras como “diabólico/a” o “maldito/a”).

Al ya manoseadisímo ejemplo de la española Balada Triste de Trompeta transformada en El Circo Maldito, se une Blood Quantum, una reciente cinta indie de zombies ambientada en una reservación india y que con el nombre de Virus: El Fin del Mundo acabó convertida en “Película de Zombies Nº 367”. Ahora llega otra para la lista: la argentina Legiones, de Fabián Forte, que de llevar el mismo nombre en prácticamente todo el mundo, acá es inexplicablemente rebautizada como Chamán: Ritos Diabólicos. En realidad, el título original es Cosa ‘e Mandinga, que sigue siendo más original que el que nos tocó.

 

(Casi) dos gotas de agua

 

Al menos el nombre no se equivoca en un aspecto: es, en efecto, acerca de un chamán y curandero, Antonio Poyjú (Germán de Silva, un character actor gaucho que será eternamente recordado como el jardinero al que quieren agarrar de chivo expiatorio en Relatos Salvajes), recluido en un hospital psiquiátrico, que debe enfrentar a un literal demonio de su pasado. Todo esto salpicado del típico humor no forzado que tienen varias cintas de ese país y con influencias del cine de género de antaño, en especial de Evil Dead de Sam Raimi; no es coincidencia que el mentado demonio parezca un deadite de los que torturaban al cada vez más sufrido Ash Williams. No podía faltar su pizca de gore, hecha mayormente con efectos prácticos – látex, plásticos, maquillaje, moldes, disfraces, jarabe rojo – y que en estas épocas de CGI son un arte en vías de extinción y que siempre se deben apreciar.

Legiones es una muestra del cada vez más popular cine de género que se hace en Argentina, una corriente entre independiente y mainstream que tiene varios cultores; cintas que echan mano de géneros y situaciones ya conocidas en otras filmografías y les dan un carácter muy local e irreverente. Fabian Forte forma parte de esta corriente, junto a otros nombres como Demián Rugna, director de la muy bien recibida Aterrados (2017) o Gabriel Grieco, director del interesante thriller psicológico Hipersomnia (2016), por dar dos ejemplos.

Todo eso se pierde al darle un nombre genérico; la hace parecer una película de terror más del montón, de esas que parecen llegar cada semana al por mayor, casi siempre dobladas y casi siempre estrenos exclusivos de la cadena Cinestar y que duran en la cartelera dos semanas si tienen suerte. Es tan poco el cine que nos llega de nuestra propia parte del mundo – aún más el de género – que merece siquiera un poquito más de atención y debería ser promovido con un poco más de esfuerzo. Al menos podemos dar las gracias a que no cambiaran (mucho) el afiche por algo que pareciese photoshopeado en cinco minutos. Progreso.

 

From → Uncategorized

Deja un comentario

Deja un comentario