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Cine Terapéutico

agosto 9, 2022

El cine tiene muchas funciones: entretenimiento, herramienta de denuncia, propaganda política, retrato social y cultural, o simple catarsis; todas son válidas. Y a esta larga lista se le puede añadir la de servir como medio para enfrentar y superar traumas, una función casi terapéutica. El Festival de Cine de Lima este año cuenta con dos títulos que abordan el trauma a través del cine, tanto en la Competencia Ficción como en la Documental.

 

 

Alis, de Nicolas van Hemelryck y Clare Weiskopf, nos lleva a La Arcadia, un internado en Bogotá donde residen adolescentes cuyas familias no pueden hacerse cargo de ellas, o en efecto, las han abandonado a su suerte. Las chicas viven en comunidad, alejadas de sus seres queridos y a veces cargando con más de un trauma debido a su crianza o a su entorno. Es aquí donde recayó la dupla detrás del documental para emprender un taller de cine, cuyos resultados resultaron una experiencia que unió aún más a estas jóvenes.

El objetivo era simple: crear entre todas un personaje, una posible protagonista y darle de a pocos una personalidad y una presencia dentro del hogar. Así fue como nació Alis, una creación colectiva entre este grupo de chicas. Y es a través de sus testimonios en este interesante y sencillo documental que vemos lo que significó para ellas esta tarea.

Alis no es real, pero para estas chicas sí y es algo especial para todas ellas; ya sea una amiga de confianza, un familiar inseparable o el amor de una vida. Es en Alis que estas jóvenes se ven reflejadas, no sólo entendiéndose a sí mismas sino aprendiendo a lidiar con los aspectos más difíciles de sus propias vidas; esta creación las representa a todas. Alis resulta un personaje tan especial, que es fácil olvidar que se trata de una ficción; si para estas chicas es tan real y especial, no es difícil de aceptar.

Alis es un interesante experimento que realza al cine como un modo de enfrentar y superar traumas. A pesar de su presentación austera y a ratos repetitiva – lo que se conoce como un documental talking heads – resulta fascinante, el cine como medio de terapia.

 

 

Otra película en competencia este año que lidia con traumas es la argentina Piedra Noche de Iván Fund. Se trata de la peor experiencia que le puede suceder a alguien: Greta (Mara Bestelli) y Bruno (Marcelo Subiotto) pierden a su hijo, desaparecido en misteriosas circunstancias mientras vacacionan en la playa. Más de un año después, ella quiere voltear la página y seguir adelante, pero él aún no supera la pérdida, convencido de que la leyenda urbana de un monstruo marino estilo Lago Ness que acecha a la comunidad tiene algo que ver con la desaparición de su hijo. Mientras tanto, el gran actor chileno Alfredo Castro se pasea por el lugar rifle en mano, por motivos que el director no se molesta en explicar hasta que es demasiado tarde.

Esta es una película acerca de lidiar con una pérdida, el enfrentar un hecho traúmatico, desde un punto de vista fantástico. Bruno ve la clave en el supuesto monstruo, una manera de aferrarse a su hijo perdido y conservarlo en la memoria, sabiendo que inevitablemente tendrá que seguir adelante. Es una manera improbable aunque válida de procesar la pena. La película, sin embargo, no desarrolla mucho más estas ideas; es de esas donde algunos minutos adicionales que dejasen respirar a la historia hubiesen servido mejor, en vez de perderse por tangentes: una extendida introducción a la amiga que llega para ayudar a la pareja y de ahí en adelante se queda a un lado poniendo cara de incredulidad, por ejemplo, o la mínima presencia de Alfredo Castro, un fixture del festival en los últimos años (también aparece en la Competencia Ficción con Inmersión de Nicolás Postiglione); la manera en que un actor de su calibre es desaprovechado es casi criminal.

Es sólo en los momentos finales que ese sentimiento de fantasía, asombro y de fábula que Fund ha estado persiguiendo toda la película se llega a realizar; un desenlace mágico y emotivo que realza el tema de fondo. Sin embargo, la mezcla de lo fantástico con temas más serios y humanos de este director estuvo mucho mejor planteada en Vendrán Lluvias Suaves, su anterior film, sobre un grupo de niños enfrentándose a un mundo sin adultos.

 

 

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